Нацыянальны марш Перу (ісп.: Marcha Nacional del Perú) — дзяржаўны гімн Перу. Быў напісаны ў 1821 падчас конкурсу на стварэнне дзяржаўнага гімна, абвешчанага Хасэ дэ Сан-Марцінам, і 15 красавіка 1822 г. афіцыйна зацверджаны. У 1869 годзе ў тэкст гімна былі ўнесены нязначныя змены, у 1913 статус гімна быў афіцыйна ўзаконены.

Нацыянальны марш Перу
Marcha Nacional del Perú
Аўтар слоў Хасэ дэ ла Торэ Угартэ-і-Аларкон, 1821
Кампазітар Хасэ Бернарда Альседа, 1821
Краіна  Перу
Зацверджаны 1822

Гімн у выкананні духавага аркестра ВМС ЗША

Тэкст гімна

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Прыпеў
Somos libres
seámoslo siempre, seámoslo siempre
y antes niegue sus luces
sus luces, sus luces el Sol.
Que faltemos al voto solemne
que la patria al Eterno elevó.
Que faltemos al voto solemne
que la patria al Eterno elevó.
Que faltemos al voto solemne
que la patria al Eterno elevó.
I
Largo tiempo el peruano oprimido
la ominosa cadena arrastró;
condenado a una cruel servidumbre
largo tiempo, largo tiempo
largo tiempo en silencio gimió.
Mas apenas el grito sagrado
¡Libertad! en sus costas se oyó,
la indolencia de esclavo sacude,
la humillada, la humillada
la humillada cerviz levantó
la humillada cerviz levantó
cerviz levantó!.
Прыпеў
II
Y al estruendo de broncas cadenas
que escuchamos tres siglos de horror,
de los libres al grito sagrado
que oyó atónito el mundo, cesó.
Por doquier San Martín inflamado,
libertad, libertad, pronunció,
y meciendo su base los Andes
la anunciaron, también, a una voz.
III
Con su influjo los pueblos despiertan
y cual rayo corrió la opinión;
desde el istmo a las tierras del fuego,
desde el fuego a la helada región.
Todos juran romper el enlace
que Natura a ambos mundos negó,
y quebrar ese cetro que España
reclinaba orgullosa en los dos.
IV
Lima cumple ese voto solemne,
y, severa, su enojo mostró,
al tirano impotente lanzando,
que intentaba alargar su opresión.
A su esfuerzo saltaron los grillos
y los surcos que en sí reparó,
le atizaron el odio y venganza
que heredara de su Inca y Señor.
V
Compatriotas, no más verla esclava.
Si humillada tres siglos gimió,
para siempre jurémosla libre,
manteniendo su propio esplendor.
Nuestros brazos, hasta hoy desarmados
estén siempre cebando el cañón,
que algún día las playas de Iberia
sentirán de su estruendo el terror.
VI
Excitemos los celos de España
pues presiente con mengua y furor
que en concurso de grandes naciones
nuestra patria entrará en parangón.
En la lista que de éstas se forme
llenaremos primero el reglón
que el tirano ambicioso Iberino,
que la América toda asoló.
VII
En su cima los Andes sostengan
la bandera o pendón bicolor,
que a los siglos anuncie el esfuerzo
que ser libres por siempre nos dio.
A su sombra vivamos tranquilos,
y al nacer por sus cumbres el sol,
renovemos el gran juramento
que rendimos al Dios de Jacob.

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